¿Qué son los alteradores endocrinos?

Todo lo que necesita saber sobre los alteradores o disruptores endocrinos y cómo evitarlos.

Casi todas las personas tienen alteradores endocrinos en su cuerpo. Le explicamos qué son estas sustancias químicas y cómo podemos evitar exponernos a ellas.


¿Qué es un alterador endocrino?

endocrine disrupting chemicals test tubes

Credit: Talha Hassan/ Unsplash

Los alteradores endocrinos, también conocidos como EDCs por sus siglas en inglés, son sustancias naturales o fabricadas por los seres humanos que interfieren con el funcionamiento normal del sistema endocrino. Este sistema está compuesto por glándulas repartidas en todo el cuerpo, así como por las hormonas que estas glándulas secretan y los receptores que reaccionan a las hormonas. Las glándulas endocrinas son la hipófisis o pituitaria, el timo, el páncreas y las glándulas suprarrenales. Las hormonas actúan como mensajeras que viajan por todo el cuerpo para entregar instrucciones que controlan procesos fisiológicos que van desde el crecimiento y desarrollo hasta el sueño, la digestión y el parto.

Los humanos tienen más de 50 hormonas. Estas incluyen el estrógeno y la testosterona, que ayudan a controlar el desarrollo sexual, así como las hormonas “del buen humor” como la serotonina, las endorfinas y la oxitocina, que regulan el estado de ánimo, así como muchos otros procesos.

Los alteradores endocrinos cambian el funcionamiento del sistema endocrino. Algunos son químicamente similares a nuestras hormonas e imitan sus efectos en el cuerpo. Otros bloquean la acción de las hormonas, aumentan o disminuyen sus niveles o afectan la respuesta del cuerpo.

Debido a que el sistema endocrino es extremadamente sensible, los alteradores endocrinos pueden ser peligrosos en dosis minúsculas, tales como una parte por billón, o el equivalente a una gota de agua en veinte piscinas olímpicas. Algunas de estas sustancias, como el plomo, son tan dañinas que no hay un nivel mínimo de exposición que sea considerado seguro.

De acuerdo con una estimación, hay cerca de mil alteradores endocrinos usados en la actualidad. Sin embargo, es muy probable que esta cifra sea inferior a la real. Hay cientos de miles de sustancias químicas sintéticas, y los efectos sobre el sistema endocrino han sido evaluados solamente en un pequeño porcentaje de ellas.

¿Dónde se encuentran los alteradores endocrinos?

Toddler crawling on grass with plastic toys

Credit: Mike Cox/ Unsplash

Los EDC incluyen químicos hechos por los seres humanos, como el bisfenol-A (BPA) y PCB, así como plomo, cadmio y otros metales pesados tóxicos. Estas sustancias se encuentran en miles de productos domésticos e industriales como pesticidas y herbicidas, pinturas y selladores, plásticos, utensilios de cocina, fragancias, jabones antibacterianos, cosméticos y productos de cuidado personal, electrónica, suministros médicos, ropa y muebles.

Los químicos disruptores del sistema endocrino tienen muchos usos. Algunos, como el BPA, son los componentes básicos de los plásticos, por ello se denominan monómeros. Cuando se unen formando una cadena, ésta se denomina polímero, que es el plástico. Otros, como algunos aditivos, se usan para darle al plástico propiedades especiales como mayor flexibilidad y resistencia. Estos incluyen los ftalatos, los estabilizadores UV y el BPA. Los PFAS –sustancias perfluoroalquiladas y polifluoruro alquílicas, conocidas comúnmente como “sustancias químicas eternas” por su persistencia en nuestro organismo y en el medio ambiente– se utilizan en diversos productos resistentes al agua y a la grasa. Estos incluyen empaques de alimentos, sartenes y ollas antiadherentes, ropa resistente a las manchas y las espumas que usan los bomberos. Los retardantes de llama, que se usan para ralentizar la propagación del fuego, se encuentran en muebles tapizados, productos para bebés, asientos de coche y otros artículos.

Otros EDCs no se fabrican a propósito, pero son subproductos de otros procesos industriales. Las dioxinas se generan durante la fundición de metales, la producción de pesticidas, la incineración de residuos y el blanqueo de la pasta para la fabricación de papel. La quema de combustibles, como el carbón, el petróleo y la madera, también genera dioxinas.

Algunos disruptores endocrinos provienen de fuentes naturales, como los fitoestrógenos presentes en la soja, la avena y otras plantas. Los fitoestrógenos imitan o alteran los efectos del estrógeno. Los estudios sobre los efectos de estos compuestos vegetales en la salud revelan distintos tipos de efectos. En algunas circunstancias son perjudiciales, en otras positivos o neutros. Y los expertos afirman que el consumo de soja aporta muchos nutrientes beneficiosos y puede consumirse con seguridad varias veces por semana, y probablemente más.

¿Cómo entran en nuestro organismo las sustancias que alteran el sistema endocrino?

woman holding cleaning products toxic

Credit: Kelly Sikkema/ Unsplash

Estamos expuestos a los EDC cuando consumimos alimentos y agua contaminados, manipulamos materiales que contienen estas sustancias químicas o inhalamos aire contaminado y polvo doméstico. Estas sustancias tóxicas también pueden transmitirse al feto a través de la placenta o al lactante a través de la leche materna.

Algunos tipos de alteradores endocrinos se acumulan en la grasa y otros tejidos, donde permanecen durante años o décadas. Los estudios científicos han demostrado sistemáticamente que casi todas las personas tienen sustancias químicas alteradoras endocrinas en su organismo.

¿Cuáles son los riesgos para la salud de los químicos alteradores endocrinos?

a person breastfeeding a baby

Credit: Ana Curcan/ Unsplash

Debido a que las hormonas regulan casi todos los procesos en nuestro organismo, los EDC pueden causar una vasta variedad de problemas de salud.

En el sistema reproductor, los daños pueden incluir:

  • Malformaciones genitales
  • Cáncer en los órganos reproductivos
  • Pubertad prematura en personas de sexo feménino
  • Menopausia prematura
  • Bajos niveles de esperma
  • Infertilidad
  • Abortos
  • Bajos pesos al nacer

Estos químicos también se han relacionado con varias enfermedades inflamatorias crónicas, como:

  • Obesidad y problemas metabólicos
  • Diabetes
  • Enfermedades cardiovasculares
  • Cánceres hormono sensibles
  • Enfermedades autoinmunes
  • Alergias y asma

Los EDC también pueden dañar el cerebro y el sistema nervioso. La exposición prenatal e infantil está relacionada con:

  • IQ bajo
  • Déficits de atención y memoria
  • Retrasos en el desarrollo
  • Depresión
  • Trastornos neurodegenerativos como el Parkinson

Los EDC también pueden alterar el ADN de nuestras células. Los cambios en las células reproductivas (óvulos y espermatozoides) pueden ser permanentes y perjudicar la salud de las generaciones futuras. Las mujeres expuestas al pesticida DDT, por ejemplo, tienen nietas con mayor masa corporal y una edad más temprana para la primera menstruación.

La investigación sobre los efectos de los EDC en la salud dista mucho de ser completa. Quedan muchas grandes interrogantes. Cada día, una persona normal está expuesta a cientos o miles de sustancias químicas diferentes en cantidades desconocidas. ¿Cuántas de ellas afectan a nuestro sistema endocrino? ¿Interactúan estas sustancias químicas entre sí y crean nuevos peligros? ¿Y cómo interactúan los alteradores endocrinos con otros factores de riesgo para la salud como la genética, la edad y la dieta? Aún no lo sabemos.

¿Quiénes están más en riesgo por los disruptores endocrinos?

farm worker in strawberry field

Credit: Tim Mossholder/ Unsplash

Dado que las hormonas regulan el crecimiento y el desarrollo, los fetos, los lactantes y los niños pequeños se enfrentan a peligros particulares derivados de los EDC.

Otras poblaciones en riesgo son:

  • Las personas que fabrican o interactúan con estas sustancias químicas, incluidos los empleados de plantas químicas, los trabajadores de la construcción y los bomberos.
  • Las y los trabajadores agrícolas y otras poblaciones que están expuestas regularmente a pesticidas y herbicidas.
  • Las comunidades pobres y de color, que tienen más probabilidades de vivir en zonas muy contaminadas o cerca de instalaciones de fabricación de productos químicos. Estos grupos tienen menos probabilidades de acceder a una atención sanitaria adecuada.
  • Personas con sistemas inmunitarios comprometidos o enfermedades ligadas a la sensibilidad endocrina.

¿Cómo afectan los alteradores endocrinos a la fauna silvestre?

Los alteradores endocrinos causan a los animales daños similares a los que causan a las personas. En las décadas de 1940, 1950 y 1960, el uso generalizado del pesticida DDT provocó descensos catastróficos en muchas especies de aves de rapiña, como las águilas calvas. Los pesticidas alteradores endocrinos son responsables de anomalías sexuales y trastornos inmunitarios en mamíferos, caimanes, ranas, peces, aves y moluscos. La mitad de las poblaciones de orcas están en peligro de extinción por la exposición a altos niveles de pesticidas, retardantes de llama y otros EDC en sus presas y hábitats.

¿Qué papel tiene la industria en la exposición de los seres humanos a los químicos alteradores endocrinos?

scientists in lab test tubes

Credit: National Cancer Institute/ Unsplash

En varios casos importantes, las empresas han sido conscientes de los peligros para la salud de sus productos y lo han ocultado o han mentido sobre estos riesgos. Las empresas 3M y DuPont saben desde la década de 1960 que los PFAS son peligrosos para la salud de los humanos y de otros animales. Sin embargo, la compañía mintió públicamente sobre los peligros de estas sustancias y continuó fabricándolas y botando sus desechos de formas poco seguras.

En la actualidad, las PFAS se encuentran en la sangre del 97% de los norteamericanos. En junio de 2023, 3M llegó a un acuerdo de $10,3 mil millones de dólares con ciudades y pueblos en Estados Unidos por su responsabilidad en la contaminación con PFAS en sus sistemas de agua potable.

Es importante recordar que no todas las empresas perjudican deliberadamente la salud pública. Algunas ni siquiera saben que sus productos contienen alteradores endocrinos. Los proveedores pueden tratar las sustancias químicas que utilizan como un secreto comercial y resistirse a compartir esta información con el público y las empresas a las que suministran. Algunas empresas están tomando medidas al respecto. En 2005, Patagonia retiró las más de 20.000 botellas de agua Nalgene de sus estanterías debido a su preocupación por la presencia de BPA. En 2023, las tiendas de artículos deportivos y para actividades al aire libre REI y Dick's anunciaron la prohibición del uso de PFAS en sus productos.

Las prohibiciones de este tipo deben ser amplias para ser eficaces. De lo contrario, el resultado será un juego del gato y el ratón en el que se cambia una sustancia tóxica por otra. Por ejemplo, las botellas de agua y para bebés, las comidas enlatadas y otros productos con sellos de “Libres de BPA” pueden contener bisfenol-S y otros químicos análogos que son igual de peligrosos.

Ya que muchos alteradores endocrinos provienen de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), esta industria juega un rol muy importante en nuestra exposición a estas sustancias tóxicas. El fracking, por ejemplo, contamina los depósitos de agua con sustancias que son reconocidas como o sospechosas de ser químicas alteradoras endocrinas. Muchas sustancias derivadas de combustibles y el petróleo como los plásticos, pesticidas, solventes y tintes son disruptores endocrinos o los contienen. A pesar de estos peligros, la producción de plásticos, gasolina y gas está disparada. Se prevé, por ejemplo, que los residuos plásticos casi se tripliquen en las próximas décadas, pasando de 353 millones de toneladas en 2019 a más de 1.000 millones de toneladas en 2060.

¿Qué están haciendo los gobiernos respecto a los químicos alteradores endocrinos?

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Credit: Elijah Mears/ Unsplash

Ningún gobierno en el mundo protege adecuadamente a sus ciudadanos de los riesgos por alteradores endocrinos, incluyendo a los Estados Unidos. De hecho, los productos químicos industriales no tienen que someterse a pruebas para comprobar sus efectos sobre el sistema endocrino antes de salir al mercado. Muchas veces, cae en los hombros de los científicos del gobierno o de las universidades probar que un químico es perjudicial, en lugar de que sean los fabricantes quienes demuestren que sus químicos son seguros– un enfoque de "inocente hasta que se demuestre lo contrario" que pone en peligro la salud pública.

En Estados Unidos, un mosaico de leyes regulan los distintos tipos y usos de los alteradores endocrinos, entre ellas la Ley de Control de Sustancias Tóxicas y la Ley de Agua Potable Segura. Sin embargo, muchas de estas leyes no están diseñadas para atender las propiedades específicas de los disruptores endocrinos, que son peligrosos en dosis excepcionalmente pequeñas comparados con otros químicos.

Hay que reconocer que la Unión Europea está avanzando en la elaboración de normas que, si se aplican plenamente, proporcionarán medidas que aumentarán la protección frente a los disruptores endocrinos. Estos nuevos estándares están siendo discutidos en la Estrategia de Químicos para la Sostenibilidad que se anunció en 2020. Hoy, 2024, se libra una fuerte batalla sobre el grado real de protección de esta estrategia.

El historial de Estados Unidos es mucho menos luminoso. En 1996, se le asignó la responsabilidad de evaluar el potencial de alterar el sistema endocrino de todos los pesticidas registrados a la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (o EPA, por sus siglas en ingles). Sin embargo, el Programa de Detección de Alteradores Endocrinos aún no se ha puesto en marcha plenamente casi tres décadas después. Sólo un puñado de plaguicidas han pasado los controles iniciales y no se ha adoptado ninguna medida reglamentaria.

No obstante, no todo son malas noticias. En 2023, la EPA propuso límites legalmente exigibles para seis tipos de PFAS en el agua potable y anunció planes para reactivar el Programa de Detección de Disruptores Endocrinos. En 2024, estos nuevos estándares entraron en vigencia.

Algunos gobiernos estatales han sido más proactivos en lo que respecta a la regulación de las sustancias químicas que alteran el sistema endocrino. Al menos doce estados han promulgado prohibiciones de PFAS en diversos productos. En mayo de 2023, Minnesota aprobó la prohibición de PFAS más amplia del país, eliminando todos los usos no esenciales de estas sustancias.

Las prohibiciones a nivel estatal suelen acabar protegiendo a todos los ciudadanos, ya que es más fácil para un fabricante hacer una única versión de un producto, en lugar de una adaptada a las diferentes leyes estatales.

¿Dónde puedo aprender más sobre los químicos disruptores endocrinos?

Consulte aquí las guías de EHN sobre las sustancias químicas que alteran el sistema endocrino:

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About the author(s):

Allison  Guy
Allison Guy
Allison Guy is a reporting intern at Environmental Health News covering plastic pollution, the petrochemical industry, and the intersection of toxics and chronic disease. For the last decade, she has worked as a writer and communicator for human rights and environmental nonprofits, most recently at American Forests.

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